martes, 24 de mayo de 2011

Destinataria Incuestionable

La noche
Eduardo Galeano

I
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.
II
Arránqueme, Señora, las ropas y las dudas. Desnúdeme, desdúdeme.

III
Yo me duermo a la orilla de una mujer: yo me duermo a la orilla de un abismo.

IV
Me desprendo del abrazo, salgo a la calle.
En el cielo, ya clareando, se dibuja, finita, la luna.
La luna tiene dos noches de edad.
Yo, una.




Me embarga una sensación extraña… su origen y nombre se esconden de mis palabras.

…el embargo de ese extraño sentimiento, mi irremediable sensibilidad y tus últimas palabras que leí, tus palabras con semejante diana, me terminaron por desarmar y ahora no puedo ni leerte… Busco esconderme de tu imagen, callar tus palabras, pero te aferras a seguirme. No puedo leerte sin sentirte atorada en la garganta, atravesada en los ojos, y me muerdo el labio obligándome… ya no sé ni a que me obligo.

Maldito el día en que música y poesía me tocaron la piel, y me estrujaron el corazón. Bendito el día que tu música y tu poesía y tú me hicieron temblar. Hay cosas que no tiene tiempos ni espacios, me escribiste que hay cosas que no tienen formas ni nombres… pero me trepan las emociones, me trepan, y se me agolpan, y me devoran, no tienen compasión de mi, y ellas tampoco saben de tiempos, ni de formas.

Lograste entrar, tienes un lugar en mí, no sé cómo, no sé donde, no se cual, pero lo tienes. Lograste entrar, y no, tampoco quiero que te vayas. Las palabras acercan, pero nunca son suficientes, no me convencen del todo, “La poesía no hace nada. / Y yo escribo estas páginas sabiéndolo” (“Declaración de inicio”, Marco Antonio Campos)… La poesía no me alcanza, no te alcanzo con ella. Se me desbordan las letras, y no hago más que escribirte, no sé cuánto tiempo a transcurrido desde la destinataria hasta esta coma, se me desdoblan las palabras y podría seguir y seguir, y hacer de esto una carta “interminable”, lloverte palabras en los ojos, y clavarlas en ellos para que no las olvides… Hoy podría regalarle una lluvia orquestada de besos a tu corazón, de besos labio sin distancia, y con ellos astillarte la memoria y la piel para que no me olvides. Pero no estás, y no llegas, y la noche avanza. Y todo parece tan incierto, ¿dónde estás esta noche?, ¿sabrán mis palabras llegar hasta ti?, ¿alcanzaras a escuchar estos latidos?, ¿recordaras en sueños el camino a mi habitación esta noche de ausencia?… ¿Qué hare si no llegas?

Soy hondamente sensible, más de lo que a veces quisiera ser, soy silencio prolongado porque si abriera la boca solo saldría de mi una algarabía en espiral ascendente, palabras atropelladas, enredadas, aglutinadas, sedimentadas, conjugadas, alquímicas, fugaces, recortadas, y al final insuficientes, en ti solo quiero ser palabra en silencio antes que palabra hablada. Soy mujer de piel despierta, de corazón abierto y las palabras me salen por los ojos, las olas rompen en mis ojos con magnifica facilidad… las primeras lágrimas que se inscriban en esta noche te las regalo, indiscutiblemente te las regalo… la lluvia no termina de llegar, y ya la añoro, y ya te extraño…



P.d. He dibujado y re-dibujado con tinta de labio el contorno de un beso que no termino de enviar…

Carmen