lunes, 13 de junio de 2011

Declaraciones II



 
«Me niego a vivir en un mundo ordinario como una mujer ordinaria.
A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis…»
Anaïs Nin

 

«¡Qué sé yo! ¡Faltan palabras,
falta candor, falta poesía
cuando la sangre llora y llora!»
Alejandra Pizarnik





De los ínfimos pseudo-versos, teñidos por labios, ausentes-presentes de sempiterna majestuosidad, en el apogeo de mis fuegos, en el pleamar de los/mis infiernos, jardín de deleite, fruta prohibida, la gloria se abre, verso lúbrico…


Se gestan, re-apalabran / re-escriben / re –encarnan
se les oye a lo lejos, en el grito extasiado, enardecido
nota discordante de Violoncello / quebranto de media noche
acompasamiento, cadencia de caderas encendidas
lascivos incorpóreos / cavilantes de pasiones


Condensados al unisonó universal de cada célula, irruptores insolentes de la métrica común, sin grama-tica, sin drama, discordantes, elucubración noctámbula, sin tildes, subversivos, conjugados en tiempos atemporales, oleadas turbas de palabras…


Ninfas, nereidas
no me sacian
las palabras se me corren por los muros / por los muslos
el edén de la espalda/el filo de la espada,
de las lenguas que cortan,
lenguas de babel, ciegas que palpan…

Besos a la poesía de salón hasta devorarle, envenenarle y corromperle el alma... Paraíso encarnado /transmutado.


Se me dilatan todos los poros / me crecen los ojos
me vuelvo Vouyerista de líneas malditas
auto-erótica apalabrada y silenciosa
alaridos de locura y narcisos


Viajera de lunas, de almas, de cuerpos… almas-corazones-cuerpos acelerados, arrítmicos, altisonantes…


A la vena acrecentada del verso impúdico
poesía maldita por antonomasia
de mordidas lésbicas /
piernas en travesía nocturna
abocar, entrelazar / arañan, muerden


Triangulación de anocheceres, madrugadas y albas…


Narcosis por seducción / inducción /
intravenosa, pasmos musculo-cardiaco
romanceo entre el tinto y el café a sobredosis de placer
idílico / etílico
el embriague de besar a la mujer maldita de piernas en verso
de pechos sin soneto
suicidio deambular por su ombligo


¡Cuerpo revolucionario!


¡Carnales, malditos, delirantes, espasmódicos, seductores, ardientes… frenesí, fuego, desacato, arrebato, alaridos del corazón, clamor universal antitético!


¡Arremeten!





«Sólo creo en el fuego. Vida Fuego.
Estando yo misma en llamas enciendo a otros.
Jamás muerte. Fuego y vida»
Anaïs Nin



3 comentarios:

  1. Sin derecho de réplica!...
    Así habrá de asumirse a la poesía.
    Una vez que las palabras rompen diques y se arrodillan ante quien las nombra, una vez apagadas todas las luces para concentrarse en la explosión de un verso… todo encaja y se encuentran la distancia justa, el silencio eficiente para hablar…
    Entonces en la palabra no hay demora… enamora a tientas, luego se inconforma, no se re-conoce ahí donde palpita. Sin derecho de réplica… aunque a veces la vida, bien merece una mordida.

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  2. ... a veces yo necesito una mordida de la vida, intensa mordida.

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